Los ultimos escritos, han salido del fondo de un gran sentimiento de rencor y rabia debido a la situacion del pais y que las cosas solo hacen si no empeorar, este fin tenia planes de ir a Cucuta visitar la familia y liberar la mente y ganar un poco de paz, lamentablemente no se pudo dar. En cambio pude acompañar a mi primo en su precentacion de la tesis que aprobo con honores, salir a comer e ir a pasear a la playa.
La paz que se gana al ver el mar y ser acunada por el vaiven de las olas es glorioso, la marea va llevando todo a su lugar lo que se debe quedar lo deja reposar en la orilla y lo que se debe ir lo pierde en sus profundidades. Al mar le tengo tango amor como le tengo respeto, su marea puede ser tan suave como un arrullo de cuna y tan bravio como un toro a punto de salir al ruedo.
Las cosas que amamos usualmente estan acompañadas de esos agridulces la vida por más que me guste de blanco y negro es muy raro las cosas que vienen de esa manera. Algo que debemos aprender y este fin de semana fue una practica de esa leccion de la vida. Cuando la marea daba paso al recordatorio de las responsabilidades del dia siguiente, con ellas venian los dias futuros de las personas que me acompañaban en precencia o en el pensamiento.
Dias de felicidad se tornan agridulces por terceros que vienen a irrumpiar en las vidas de las personas, que con esfuerzo y determinacion intenta salir adelante soñar algo nuevo y bueno, sin tener mucho derecho a replicar con rabia y con tristeza vamos aprendiendo a sobrellevar aquellos golpes, sin perde la fuerza y buscando esa paz que debemos a prender a tener en toda situacion.
VIVIENDO, SOÑANDO, REPIRANDO, SONRIENDO, PELEANDO, ODIANDO, AMANDO EN ESTA VIDA AGRIDULCE. Bajo un cielo tan agrio como dulce. Vamos caminando sobre una linea de limites disfuminados borrados por corrientes dulces y amargas. Aprendiendo a vivir en agridulce.
