Disfraces a quien no le gusta disfrazarse desde que eramos pequeños esperábamos esas ocasiones especiales donde nos tocaba usar disfraces en mi país se llama carnaval se celebra en el mes de febrero, ademas de disfrazarse, el juego principal es hacer bombas de agua y bañarse hasta más no poder. en esos días podemos ser desde una princesa, genio, animal o incluso un personaje de nuestras historias favoritas.
Cuando somos niños no es tan difícil imaginar que podemos ser mil personajes diferentes incluso sin elaborados disfraces, con un cintillo mal puesto y un castillo de sabanas somos los reyes de nuestro propio reino y vivimos miles de aventuras, esta maravillosa habilidad la vamos perdiendo cuando crecemos el mundo y la realidad nos va destruyendo un poco la imaginación , nos hace ver que ya no seremos reyes de una tierra lejana, pero también inclusos los sueños mas factibles los vamos viendo imposible.
La idea de conocer tierras lejanas de vivir grandes aventura de volver el mundo nuestro patio de atrás, y al final esos disfraces que usábamos para traer al mundo los recovecos de nuestra imaginación, se tornan algo oscuros las mascaras ya no son de personajes famosos, muestran nuestro propio rostro con que no sentimos, con ideas en e las que no creemos, con actitudes que no nos representan.
Esas mascaras de nuestra propia piel representan la obra más completa que interpretaremos, nuestra vida cada una se usara por un motivo diferente, las volveremos indispensables incluso las creeremos necesarias, al final nos pararemos frente a un espejo y nuestro espejo nos mostrara un rostro distorsionado en el que a veces ni nosotros mismos sabemos cual es el verdadero.
Haces unos días fui a una fiesta árabe me vestí como me vestiría, si me volviera una peregrina del desierto, aunque no soy muy fan del desierto ni del calor, la vida es impredecible y no sabemos a donde nos va a llevar solo debemos estar abiertos a las posibilidades y imaginarnos en donde queremos estar a donde queremos llegar.
Quizás necesitemos ayuda para recordar que creíamos ser reyes alguna ves, disfrazarnos de algo que nos agrade una cultura, una persona, un momento dándole nuestro propio estilo imaginando como viviríamos si estuviéramos hay si fuéramos nosotros. De esa manera podemos usar la mejor mascara echa de nuestra propia piel para enfrentar el mundo, si tengo miedo, si soy feliz, si estoy triste, si estoy de acuerdo o no.
No ocultarnos bajo pretexto o convencionalismos de cualquier tipo para ocultar nuestro propio rostro nuestra propia mente, si vamos a ser los protagonistas principales de nuestra vida es mejor hacerlo con la cara descubierta mostrarle al mundo tu cara para que la recuerde y logres que otros la recuerde.
Cada disfraz que usemos es una mentira más que decimos
No hay comentarios:
Publicar un comentario