miércoles, 6 de febrero de 2013

La ley...

   En mi país hay un dicho que dice así: la ley es para los pendejos, lamentablemente eso es el día a día de mi país hoy me encontré con ella por suerte de lejos y nada en que yo estuviera involucrada solo me veía afectada indirectamente por las arbitrariedades de la ley y como las personas aprovechan de esta para usarla a su mejor conveniencia.
   El ministerio de trabajo nos dio una visita por que la antigua compañía del dueño del local tenia una demanda de incumplimiento laboral por no haberla arreglado a una trabajadora al cese de relaciones laborales. lo cual es completamente ilegal ya que las personas que ganan por porcentajes no la arreglan, claro pero como este país vive para intentar fastidiar a la empresa privada con la palabra de la trabajadora´y la falta de documentación de la antigua dueña bastaba para que hoy fuera a embargar los bienes que estaban en el local que pertenecían a empresa.
    Por suerte las partes llegaron a un acuerdo y no embargaron los muebles ya que nos hubiesen dejado sin poder trabajar y en un trabajo en que el dinero va contado en horas las adorable media tarde que se paso el ministerio, nos costo una suma a todos ademas de un mal rato ya que legalmente no tienes vela en ese entierro, pero igual el entierro te estorbaba.
    Al final del día lo mejor de la ley de este país siguiendo el tema de arreglos una empresa privada tiene entre 5 máximo 45 días para arreglarte y debe ser un número que le agrade a las dos partes. En cambio la parte publica dura entre 1 año y 2 para cumplir si la demandas tardan 20 años en emitir veredicto y pagan una suma absurda por 28 años de servicios 120 millones.
    Los datos suscrito arriba son dato reales de fuentes confiables que vivieron la experiencia, tenemos que trabajar de la misma manera que vivimos honradamente sin querer lastimar a las personas que nos dan oportunidades y confianza tenemos que sembrar cosas buenas para cosecharlas. Sobre todo en un país en que la ley es para los pendejos debemos de vivir con la ley de la palabra y esta debe ser sagrada.

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